El IPC volvió a subir en abril y además lo hizo en los grupos de productos más necesarios para la vida diaria, como son los alimentos y el transporte.
Los precios han subido de media el 1,1% con respecto al mismo mes de 2017, pero la alimentación se ha incrementado en un 1,6% y el transporte, un 2%. Son los productos complementarios, como el ocio y la restauración, los que bajan la media, pero el coste de la vida diaria sigue creciendo “obligando a estirar los salarios y pensiones cada vez más. Unos salarios que siguen sin despegar tras diez años de sacrificios de los trabajadores. Y unas pensiones que se van a subir en función de estos precios por un acuerdo puntual, un parche político para aprobar los presupuestos, no como un compromiso real para blindar el poder adquisitivo de los pensionistas”, considera Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de la USO.
Ayer mismo se conocían las subidas salariales pactadas en los convenios colectivos del primer cuatrimestre, que eran del 1,56% únicamente para medio millón de trabajadores. “Y con unas diferencias por autonomías que oscilan entre las 6 décimas de Extremadura y más del 3 en Baleares. Sin embargo, sí que los precios suben más homogéneamente en toda España. Por lo tanto, la subida media, que aunque esté por encima del IPC de estos meses es irrisoria para recuperar los dos puntos de poder adquisitivo perdidos en dos años con respecto a la masa salarial, es aún más grave en algunas regiones. Como reclamamos con más fuerza el 1 de Mayo, la macroeconomía sigue su curso normal mientras la brecha con los salarios no se está subsanando”, sentencia Laura Estévez.
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