Los precios de consumo han cerrado el año 2018 en el 1,2%, cinco décimas por debajo del mes anterior. En su bajada ha tenido mucho que ver los descensos del precio del transporte, sobre todo de los carburantes; el gasóleo para calefacción; los servicios de alojamiento; los precios de vestido y calzado, por el inicio de las rebajas, y el precio de la fruta.
“Durante los dos últimos meses del año, los precios se han comportado de forma similar, con importantes bajadas. Sin embargo, durante siete meses se han registrado tasas superiores al 1,2%”, explica Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales. “Esta bajada de precios de final de año ha permitido salvar la pobre subida salarial pactada en convenio, que ha sido del 1,75%, pero que tan solo afecta a ocho millones de trabajadores. Son aún muchos los trabajadores que ven cómo sus salarios crecen por debajo del IPC”, añade Estévez.
Además, “con total probabilidad, en los próximos meses asistiremos a un nuevo incremento de los precios pues algunos de los bienes que han experimentado bajadas, como carburantes, electricidad o gas, ya están sufriendo las primeras subidas. De esta forma, los trabajadores seguirán soportando que sus sueldos no les permitan vivir dignamente”, concluye Estévez.
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