Un millar de personas han recorrido las calles de A Coruña en la segunda manifestación convocada en la ciudad gallega por el mantenimiento de la actividad en las plantas de Alcoa allí y en Avilés, así como sus casi 700 empleos directos.
La marcha partió de la Casa Sindical y, tras un recorrido de dos horas cortando el tráfico en los principales accesos a la ciudad, volvió al mismo punto. Estuvo encabezada por el comité de empresa de la factoría de A Coruña y sus trabajadores, todos ellos ataviados con camisetas naranjas, mientras que la manifestación la cerraban las camisetas amarillas del comité y trabajadores asturianos que acudieron a A Coruña, apoyados por delegados de todos los sectores de USO-Galicia.
Los trabajadores afrontarán una nueva semana de reuniones y movilizaciones, con dos citas de la Comisión Negociadora, martes y jueves, y la primera huelga el miércoles 19 de diciembre. Los trabajadores de las tres plantas, se unen los de San Ciprián -no amenazados de ERE-, realizarán una marcha a pie por la ría del Eo, límite entre Asturias y Galicia, que partirá de Ribadeo para los gallegos y de Castropol para los asturianos, para finalizar en el puente de A Veiga (Vegadeo), sobre la N-640, única vía de comunicación antiguamente entre ambas autonomías. “Los trabajadores pedimos el máximo apoyo, tanto de nuestros compañeros de USO como de la gente de Avilés y de los vecinos de Castropol y Vegadeo, que esperamos que salgan a recibirnos con el mismo cariño que estamos recibiendo en todos los sitios por los que pasamos”, pide Alberto Grijalbo, secretario del comité de empresa de Alcoa-Avilés y secretario general de nuestra sección sindical.
En el plano negociador, la subasta de interrumpibilidad ha supuesto un varapalo para el conjunto de las empresas electrointensivas. “Se asignaban 21 bloques de 40 MW y 352 de 5 MW, una potencia total de 2.600 MW para cinco meses, del 1 de enero al 31 de mayo de 2019. El resultado no ha contentado a nadie, ni a las empresas ni a nosotros”, resume Raúl Montoya, secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de FI-USO. “Desde la Federación, llevamos años pidiendo un sistema más predecible, que dé estabilidad a las empresas para que garanticen el empleo de la totalidad de sus plantillas. Los precios finales han sido un 36% más bajos que en anteriores subastas, consecuencia del precio de salida fijado por Red Eléctrica y de la reducción de la oferta de bloques de 40, que ha provocado una competencia más agresiva”, analiza Montoya.
El montante destinado a la interrumpibilidad será en 2019 el más bajo desde que existen este tipo de subastas, después de sobrepasar en 2015, 2016 y 2017 los 500 millones de euros. Ya en 2018 ha estado casi en la mitad, 300, y para este primer ciclo de 2019 se destinarán 103 millones de euros. “Esta situación pone de manifiesto el poco compromiso mostrado por el Gobierno para estabilizar la tarifa eléctrica y poner fin al conflicto con las empresas electrointensivas, sobre todo con la delicada situación que atraviesan algunas de ellas, como Alcoa”, acusa abiertamente el secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de FI-USO. Las mayores consumidoras, las que optaban a los bloques de 40 MW, se han hecho con: Alcoa (10, 6 para San Ciprián, 2 para Avilés y 2 para A Coruña); AZSA (Asturiana de Zinc, 4); Arcelor (2); Grupo Celsa (2); Ferroatlántica (1); y Acerinox (1).
“A esta incertidumbre, se une el RDL de medidas urgentes aprobado en Consejo de Ministros el 7 de diciembre, que de momento se queda en una mera declaración de intenciones, sin medidas y sin urgencia. Necesitamos de inmediato que se recupere la interlocución real entre todas las partes afectadas, porque esta inseguridad jurídica al final siempre recae en el conjunto de las plantillas del sector”, concluye Raúl Montoya.
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