Los trabajadores de la UTE Invico Premiatsu, adjudicataria del servicio de vigilancia de los hospitales de Álava, han presentado dos denuncias ante la Inspección de Trabajo por el incumplimiento reiterado en el pago de las nóminas y en cuanto a uniformes y cuadrantes. “Desde que se hizo con el servicio, en febrero de 2018, ha estado incumpliendo el convenio, que estipula que hay que pagar la nómina en los 3 primeros días hábiles o 5 naturales de cada mes. Siempre ha pagado al límite o más allá, y estamos hartos de estos retrasos. Porque, ahora, desde que se ha publicado el nuevo pliego, ya nos ignoran por completo”, explica Mikel Fernandes, delegado por LSB-USO en la UTE, único sindicato representado y mayoritario en el territorio.
“Además de los retrasos en los pagos, da vergüenza ver la indumentaria de algunos de los compañeros, con uniformes incompletos o rotos que la empresa no repone a pesar de las reiteradas peticiones. No es solo una cuestión de estética, sino de una falta grave de seguridad. En el año y medio largo que lleva la empresa, solo ha aceptado reunirse dos veces con nosotros, nos ha regalado buenas palabras, pero luego no ha hecho absolutamente nada”, continúa Fernandes.
Ahora, que se ha activado el nuevo concurso, “queremos pedirle al OSI de Álava responsabilidad en la contratación. Se ha demostrado, con la quiebra de la primera empresa y los incumplimientos de la segunda, que deben vigilar mejor las adjudicaciones, porque al final siempre somos los trabajadores los que padecemos las contratas a la baja. Queremos unos pliegos responsables”, exigen los delegados de Invico-Premiatsu. Esta UTE se hizo con el servicio de la Organización Sanitaria Integrada de Álava en un concurso de urgencia, y coordina la vigilancia de los hospitales de Santiago, Txagorritxu, Las Nieves y Leza, además del centro de adicciones Cota, dando empleo a 40 vigilantes.
“Invico presta servicio en solitario en otras empresas de Álava, como Mercedes. Y ahí, sin embargo, siempre cumple con los pagos en tiempo y forma, así que no es falta de posibilidades, sino de desatender un concurso en el que no le aprietan las tuercas”, concluye Fernandes.
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