En el Día Internacional del Orgullo LGTBI, USO reclama establecer las garantías necesarias y seguir avanzando en la protección de los derechos del colectivo, liberando de estereotipos, prejuicios y discursos en contra
El 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGTBI conmemoramos, reconocemos y celebramos los avances alcanzados en la protección de los derechos del colectivo.
Pasados 54 años de los disturbios de Stonewall y 46 años desde la primera manifestación del Orgullo LGTBI en España reconocemos que ha habido avances en la materialización de derechos de las personas LGTBI.
A día de hoy en España se reconoce el matrimonio igualitario, se han eliminado restricciones para la adopción de personas menores de edad por parte de familias y personas LGTBI, se tienen reconocidos los derechos y prestaciones laborales de las familias LGTBI, entre otros derechos.
En febrero de este año se publicó la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, con la que se dan pasos firmes en cuanto a los derechos del colectivo LGTBI, se han incluido en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud los tratamientos hormonales y quirúrgicos de las personas trans y se sientan las bases para despatologizar a este colectivo que tanto ha sido vulnerado y segregado. Además se prohíben las terapias de conversión y en términos generales se establecen las bases para que las personas LGTBI vivan libre de violencia, discriminación y se garantice un trato igualitario.
Reconocemos el sustancial avance en derechos y bajo el principio de progresividad y no regresión en materia de derechos humanos. Desde USO reclamamos que se establezcan las garantías necesarias y se siga avanzando en la protección de derechos, liberando de estereotipos, prejuicios y discursos que segreguen e intenten coartar derechos de la población LGTBI. Vemos con preocupación los discursos y posicionamientos políticos que amenazan con atentar contra los derechos LGTBI. Recordemos que para limitar los derechos no se requieren solo modificaciones legales sino que también lo pueden hacer limitando el presupuesto y dejando inoperativas las leyes conseguidas. Es por ello que se requiere un seguimiento puntual de las políticas públicas en materia LGTBI y continuar exigiendo su cumplimiento.
Aunado a ello, reconocemos que el desafío es multifactorial, ya que gran parte de la sociedad tiene aún bastante interiorizados prejuicios, estereotipos y estigmas en contra de la comunidad LGTBI. Lamentablemente, estas prácticas discriminatorias sigan a la orden del día y los delitos de odio contra la población LGTBI ocupan el segundo lugar en España, según datos del Ministerio del Interior del año 2021.
Las personas LGTBI siguen sufriendo discriminación en su día a día
Permanecer en el armario, ha sido y sigue siendo una estrategia para no sufrir un trato discriminatorio, en forma de comentarios, chistes, rumores o insultos. Sin embargo, la presunción de heterosexualidad en la construcción de los entornos sociales, presionan y en ocasiones obligan a las personas LGTBI a manifestar su orientación e identidad sexual y expresión de género para evitar contextos y situaciones incómodas.
En España, el 42 % de las personas LGTBI se han sentido discriminadas en el último año. A menudo, la discriminación se convierte en agresión: el 8 % de las personas LGTBI en España han sido atacadas en los últimos 5 años.
En el plano laboral, las personas trans son las integrantes de la comunidad LGTBI que encuentran mayores barreras en el acceso al empleo, de acuerdo con datos del Estudio Exploratorio sobre la inserción sociolaboral de las Personas Trans, publicado por el Ministerio de Igualdad en 2022. De éste destacamos los datos siguientes:
- Solo el 34 % de las personas trans encuestadas afirmó estar trabajando en el momento de realizar la encuesta.
- Como resultado del estudio, se estima una tasa de paro del 46,5 % entre personas trans en edad de trabajar. La falta de estudios se configura como una causa que dificulta la entrada en el mercado laboral. Así, el 4 % no tiene ninguna formación, y el 15,2 % sólo tiene finalizados estudios obligatorios. Sin embargo, un bajo nivel formativo no puede considerarse la única causa de la exclusión laboral entre las personas trans, ya que el 9,6 % ha alcanzado estudios de postgrado y, de ellas, un 40 % se encuentra sin trabajo.
- El 68,2 % de las personas trans empleadas consideran haber sido discriminadas en el ámbito laboral por su identidad de género: el 23,2 % durante un proceso de selección y el 45 % tras obtener el empleo. El 62 % indicó haber revelado públicamente en su empresa ser una persona trans. En este porcentaje se encuentran representadas principalmente mujeres trans de entre 30 y 40 años que ya han realizado su proceso de transición, lo que, por distintos motivos, explicaría su mayor grado de visibilidad. No obstante, el 38 % de las personas trans permanecen invisibilizadas en sus puestos de trabajo y, a pesar de sentirse integradas, señalan temor a comunicar al resto su identidad de género.
En este sentido, reconocemos que hace falta un gran camino por recorrer, como sociedad aún nos hace falta internalizar uno de los principales postulados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Celebramos la existencia de todas las personas LGTBI, de las personas aliadas y convencidas de la igualdad de derechos que no se callan frente a las injusticias. Desde USO asumimos el compromiso por seguir luchando por la construcción de una sociedad en la que la igualdad sea real y todas las personas podamos realizar un proyecto de vida digno.
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