Se cierra el Pacto de Migraciones y Asilo, pero consolidando una política de vulneración del derecho de asilo y de los Derechos Humanos
El Parlamento y el Consejo de Europa cierran tres años después el Pacto de Migraciones y Asilo. Y lo han centrado en el control de fronteras desde la perspectiva de la seguridad y el control.
USO denuncia la ausencia de acuerdos entre los Estados miembros para garantizar el acceso al procedimiento de protección internacional, así como políticas de gestión de la migración efectivas y garantistas.
Refuerzo de la seguridad y el control
El Pacto de Migración y Asilo incluye una reforma del Sistema Europeo Común de Asilo en 2024. En la práctica, supone poner más impedimentos para acceder al procedimiento de protección internacional.
Se consolida una práctica ya existente en las islas griegas y que funciona en Canarias o Lampedusa. Consiste en someter a un control riguroso en las zonas fronterizas a las personas solicitantes de asilo, condenándolas a una privación de libertad hasta su deportación o entrada en la UE.
Además, se reafirma la discriminación a algunas personas, que ven sus garantías y derechos vulnerados por proceder de un determinado país de origen o por estar indocumentadas, al aplicarse criterios discriminatorios y procedimientos fronterizos expeditivos. Esto conlleva una vulneración del Derecho Internacional y de la obligación de una evaluación individualizada.
Solidaridad a la carta
Otro aspecto que consolida el Pacto es el mecanismo de “solidaridad a la carta”, mediante el cual se fijará, en situaciones de crisis, un objetivo de 30.000 reubicaciones anuales para el conjunto de la UE que podrá ser intercambiado por los Estados miembros mediante una “cuota”. Es decir, aquellos Estados miembros que no quieran acoger a personas desde los países frontera de la UE, pagarán una “cuota” de 20.000 euros por cada persona no reubicada.
Varias ONG, como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) o Amnistía Internacional, advierten de que dicho mecanismo no aliviará la presión migratoria que reciben los países fronterizos, como España, y únicamente servirá para que se destinen más fondos a las políticas de externalización y control de fronteras.
Políticas de gestión migratoria efectivas y garantistas
Desde USO, denunciamos la deriva que está adoptando la Unión Europea en materia de migración y asilo, reduciendo su actuación a tratar de blindar sus fronteras mediante graves vulneraciones del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos. Y obvia, además, las vías seguras y legales para aquellas personas que buscan asilo.
Asimismo, consideramos urgente la aplicación de políticas de gestión de la migración que realmente sean efectivas, mediante el análisis del mercado de trabajo europeo para favorecer la incorporación de la mano de obra extranjera garantizando sus derechos.
En un contexto actual de guerra y conflicto, con el añadido de la crisis climática, Europa no puede cerrar los ojos junto con sus fronteras.
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