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Diciembre concluye con 64.405 personas menos inscritas en las Oficinas de Empleo, dejando el paro registrado en 4.447.711 desempleados y más de 5,8 millones de demandantes de empleo. El año 2014 cierra con un descenso en el número de desempleados, pero el mercado laboral sigue reflejando graves deficiencias que han de tener respuesta por parte del Gobierno en 2015. El empleo comienza a experimentar una leve recuperación en términos cuantitativos, teniendo en cuenta los pésimos datos de años anteriores, pero no cualitativos. La precariedad y temporalidad laboral continúan siendo señas de identidad del mercado laboral fruto de la crisis económica y de las políticas de recortes llevadas a cabo.

La contratación durante el mes de diciembre sigue siendo eminentemente temporal, como refleja el hecho de que los contratos indefinidos supongan, tan sólo, el 7,21% de todos los contratos registrados. Así, durante el mes de diciembre, el número de contratos registrados se situó en 1.0384.062, de los que 99.853 solo fueron indefinidos y 1.284.209, temporales y formativos.

Asimismo, la cobertura de protección por desempleo continúa bajando y durante el mes de noviembre ha sido del 57,88%, lo que supone un descenso en la cobertura con respecto a 2013 del 5,8%, y desciende también la cuantía media bruta de la prestación contributiva, que se sitúa en 809,5 euros.

El sistema de protección por desempleo continúa dejando desasistidos a muchos españoles, ahondando en la desigualdad social y construyendo clases trabajadoras empobrecidas. Además de ayudas temporales como la dirigida a los parados de larga duración mayores de 45 años, los desempleados necesitan de políticas activas de empleo y de estímulo de los sectores económicos para contribuir a la recuperación de la economía real.

Desde la Unión Sindical Obrera esperamos que 2015 se convierta en el año de la recuperación real del mercado de trabajo, sustentado en la estabilidad, la igualdad de oportunidades y la recuperación salarial de los empleos que se creen, para lo que debe de haber un cambio de rumbo sustancial en las políticas laborales y económicas.