USO reivindica que la atención a la salud mental deje de ser un privilegio de unos pocos y ocupe el lugar que merece en el catálogo de servicios sanitarios
La salud mental sigue siendo una asignatura pendiente para la sanidad pública. Y como muestra, algunos datos: el suicidio fue la primera causa externa de muerte en España en 2022, con 4.227 fallecimientos, según el INE. En 2023, durante el primer semestre, se produjeron 1.967 suicidios (el 75,2 %, correspondieron a hombres y el 24,8 %, a mujeres).
A pesar de la puesta en marcha del teléfono 024, la línea de atención a la conducta suicida como parte de la estrategia de prevención del suicidio, queda mucho por hacer. Según datos recogidos por Newtral, el 024 ha recibido desde su puesta en marcha, en mayo de 2022, más de 205.000 llamadas, constatándose un incremento del 8% entre mayo y diciembre de 2023.
Atacar las causas estructurales para prevenir el suicidio
USO reconoce el avance que significa contar con una estrategia de prevención del suicidio y el gran trabajo que realizan los especialistas que atienden el 024. Sin embargo, estos esfuerzos parecen pocos mientras no ataquemos las causas estructurales que conducen a la población a pensar en suicidio. Entre ellas, la soledad, el uso de la tecnología en adolescentes y la salud mental en el entorno laboral.
A estos factores que comprometen la salud mental de la población se suman, desde nuestra perspectiva, algunos otros como la precariedad laboral; la falta de una estrategia integral de cuidados que permita cuidar a las personas que cuidan; garantizar los derechos de las personas en riesgo de exclusión social; establecer medidas integrales que permitan a las personas jóvenes realizar un proyecto de vida acorde con sus objetivos; garantizar un envejecimiento digno, etc.
El reto que tiene España es de gran dimensión y con muchas aristas. Por tanto, las respuestas deben ser integrales, consecuentes y acordes con la magnitud del problema. No se pueden tratar solo los síntomas, sino que es necesario atajar las causas. En ese sentido, necesitamos respuestas certeras que atiendan a los problemas reales de la población, no basta contar con una línea telefónica sino se ofrecen soluciones reales, acordes a las necesidades de las personas.
La salud mental deber ser una prioridad en la sanidad pública
Desde USO consideramos que atender de forma prioritaria la salud mental debe de ocupar un lugar preferente en la agenda política. La salud mental ha sido, tradicionalmente, la gran ausente en las políticas públicas en materia sanitaria. Porque la salud no solo se refiere a la ausencia de malestar físicos, sino que su abordaje debe ser integral. La Organización Mundial de la Salud ha definido la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
De esta forma es necesario transformar el paradigma sanitario y conseguir que la salud mental ocupe un lugar principal en las políticas públicas. En los últimos años hemos testificado que las políticas sanitarias han comenzado a integrar la salud mental, obteniendo buenos resultados. Y, recientemente, hemos conocido el acuerdo político que pretende asegurar el derecho a la salud mental universal, pública y de calidad, poniendo énfasis en las personas jóvenes y en el aumento de especialistas en el sector público.
Esperamos que más allá de los pactos políticos, se comprenda que la salud es un derecho humano y como tal debe ser garantizado integralmente. USO reivindica que la salud mental ocupe un lugar destacado dentro del catálogo básico de servicios sanitarios y deje de ser un privilegio reservado a unos pocos que pueden permitirse el coste de acudir a especialistas en salud mental. Más y mejores servicios para la población, garantizando el acceso a la salud universal y erradicando la exclusión sanitaria.
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