Los datos lo confirman, los riesgos psicosociales nos están matando. Desde nuestro sindicato llevamos tiempo alertando de que las pésimas condiciones laborales que predominan en gran parte del empleo, conllevan irremediablemente un incremento de los riesgos psicosociales, y con ello de los accidentes.
Según la última Estadística de Accidentes de Trabajo, de enero a junio, se han registrado 276.069 accidentes de trabajo con baja, un 8,6% más que en el mismo periodo del año anterior, de los cuales 238.526 ocurrieron durante la jornada laboral y 37.543 fueron accidentes in itinere. Asimismo, se notificaron 363.335 accidentes sin baja ocurridos durante este periodo. En este periodo, se produjeron 301 accidentes de trabajo mortales, 16 accidentes más que en los mimos meses de 2015.
En los últimos datos de siniestralidad laboral se aprecia una importante incidencia de los accidentes debidos a infartos y derrames, que han causado en los primeros 6 meses del año 116 fallecidos. Cabe destacar también que el primer trimestre del año se han seguido incrementando los accidentes In Itinere, produciéndose un 24% más de fallecimientos en los trayectos.
El fuerte incremento de la siniestralidad por estas razones tiene mucho que ver con las presiones en el trabajo, el estrés laboral y con las condiciones de inestabilidad a las que estamos sometidos en cada vez, mayor medida. Además se están publicando estudios que avalan la importante incidencia de los llamados horarios de trabajo atípicos (a turnos, nocturno,…) sobre la salud y, sin embargo, la legislación al respecto sigue siendo insuficiente para paliar los problemas que sufren los trabajadores adscritos a estos horarios. Cuando las bajas por estrés, los daños y agresiones, las amenazas o el acoso en el trabajo, son problemas habituales, hay que poner los medios para solucionarlos a nivel colectivo.
En estos casos se hace necesario exigir desde los comités de seguridad y salud la realización de la evaluación de riesgos psicosociales, que es la única vía para poner las medidas preventivas adecuadas. Con el deterioro actual de las condiciones de trabajo, la exigencia del cumplimiento de la Ley, por parte de los representantes de los trabajadores, es la única forma de tener unas condiciones dignas en el empleo. Pero esta exigencia solo puede hacerse si en los centros de trabajo hay una representación sindical que luche por los derechos de los compañeros y compañeras y que cuente con el respaldo legal y técnico con el que cuentan los delegados de USO.
Son los delegados de prevención los que tienen que luchar por el reconocimiento de la existencia de riesgos psicosociales exigiendo que se evalúen, y sabiendo que si la empresa no cumple con su obligación pueden acudir a Inspección de Trabajo y, de ser necesario, incluso a los tribunales. Desde USO apoyamos a nuestros delegados y delegadas de prevención, dada la coyuntura laboral actual, ya que consideramos que tienen un papel crucial en no permitir el empeoramiento de las condiciones de trabajo y en obligar a las empresas a cumplir la legislación, contribuyendo a frenar la siniestralidad.
A nivel institucional, desde USO seguiremos reclamando más medios para la Inspección de Trabajo, como figura clave en la vigilancia del cumplimiento de la legislación y herramienta imprescindible para nuestros delegados y delegadas en la exigencia del cumplimiento de la ley. Además reivindicamos la importancia de legislar sobre los riesgos psicosociales teniendo en cuenta situaciones de especial penosidad como el trabajo a turnos y nocturno, y su posible implicación en un gran número de problemas de salud.
¡Recuerda! La evaluación de riesgos psicosociales debe:
- Hacerse mediante un procedimiento que proporcione confianza sobre su resultado, es decir, que esté avalado científicamente, por ejemplo el FPSICO.
- Que en función de los riesgos detectados se deben planificar y ejecutar las correspondientes medidas preventivas. Para cada medida se establecerá un responsable de llevarla a cabo y un plazo.
- Para llevar a cabo la evaluación de riesgos psicosociales debe contarse en todo el proceso y en todas las fases con la participación de los delegados de prevención.
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