La OIT ha publicado un reciente informe titulado, La maternidad y la paternidad en el trabajo, en el que se analiza bajo el parámetro de la crisis, como diferentes países han ido aplicando medidas en materia de conciliación de la vida familiar y profesional. En dicho informe se ve claramente como esa misma crisis en unos países ha supuesto recortes públicos y en cambio en otros se han reforzado las políticas públicas a favor de la conciliación de la vida familiar y profesional.
Por un lado encontramos políticas de recortes en el gasto público, reducciones del período de licencia de maternidad y paternidad o de las prestaciones, disminución del salario mínimo, debilitamiento de la negociación colectiva, empleo de cartas de renuncia sin fecha que los trabajadores y trabajadoras están obligados a firmar cuando son contratados para tener despidos fáciles en caso de embarazo o de enfermedad de larga duración o de responsabilidades familiares. Políticas habituales en Estonia, Lituania, Grecia, Letonia, Rumania, Croacia, Italia, Portugal. En España, la crisis se ha utilizado como culpable y pretexto de los despidos relacionados con la maternidad y según denuncia en su informe la OIT, tanto en nuestro país, como en Lituania y Rumania se ha dado cuenta de tácticas de presión a trabajadoras embarazadas y madres recientes, como el acoso, para inducirlas a renunciar.
Frente a estas políticas de recortes y retrocesos encontramos a la otra Europa (Alemania, Eslovaquia, Francia, Noruega y Polonia) en la que ante la situación de crisis, muchos países como estrategia han reforzado el nivel de apoyo a las familias facilitando el acceso a la enseñanza, la atención de la primera infancia, los créditos fiscales, aumento de la duración, el alcance y los niveles de las prestaciones de maternidad y licencias de paternidad.
Ante la misma situación y las dos diferentes formas de afrontarlas desde USO llamamos a la reflexión sobre los resultados de este informe de la OIT para poder determinar el alcance y consecuencias de los recortes, despidos y discriminación en el empleo por razón de la maternidad y como nos llevan a un retroceso en los pequeños avances conseguidos en los últimos años en materia de igualdad de oportunidades, retroceso denunciado reiteradamente por USO.
Una misma crisis, una misma Europa, pero diferente compromiso para erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres. Desafortunadamente medidas que en el plazo más cercano perjudica a toda la sociedad.
Desde USO, tras analizar la situación en Europa, queremos llamar la atención sobre los resultados alarmantes del estudio a nivel global: la mayoría de las mujeres, alrededor de 830 millones de trabajadoras, no tienen una protección adecuada de la maternidad en términos de licencia y seguridad del ingreso al momento del parto. Casi 80 por ciento de estas mujeres trabaja en África y Asia, donde algunos grupos de trabajadores están excluidos de la protección, en la ley y la práctica. Con frecuencia, se trata de trabajadores por cuenta propia, migrantes, domésticos, agrícolas, ocasionales o temporales, así como de pueblos indígenas y tribales.
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