El clásico respiro del verano para el paro en España sigue sin dar alegrías en cuanto a la estabilidad y calidad del empleo que se crea en estos meses, profundizando en la temporalidad y marginando cada vez a dos grandes colectivos que siguen sin ver la recuperación del empleo. “Mientras el desempleo entre los hombres adultos jóvenes se está viendo más favorecido por las series mensuales, con bajadas lentas pero continuadas, las mujeres y los parados de larga duración se están convirtiendo en desempleados crónicos con muy difícil reenganche al mundo del trabajo”, analiza Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
“Con respecto a 2017, el paro masculino ha bajado más que el doble del femenino (-9,1% respecto a -3,78%). En nuestro país, seis de cada diez parados registrados son mujeres. Y en cuanto a los parados de larga duración, suponen ya más de un tercio de los desempleados totales”, continúa Estévez. “El desempleo sigue los mismos pasos que en todos estos años, no hemos visto visos de que las políticas en esta materia vayan a dar un giro por el cambio de gobierno. El plan de choque global por el empleo estable es más urgente que nunca, la autorregulación del mercado laboral siempre va a cebarse con los colectivos más débiles”, demanda la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
“El colapso del modelo de sistema productivo de nuestro país se evidencia en que las provincias a las que el turismo de sol les da la espalda sí se ven castigadas por el paro. Ha subido en doce, sobre todo en las de las grandes ciudades, como Barcelona, Bilbao, Sevilla, Córdoba y Valladolid, evidenciando que la productividad española, en verano, se pone al servicio de empleos estacionales de cara al visitante”, lamenta Estévez.
“Lo que antes eran contratos estivales para estudiantes, hoy son el modo de vida de muchos trabajadores. En los últimos años, parecía haber un conformismo con la temporalidad por parte de los gobiernos a costa de que bajasen como fuera las cifras de parados. Pero ahora mismo el empleo precario es la tónica del mercado, deben implantarse ya fórmulas de castigo fiscal al abuso de la temporalidad, no se puede sostener la economía familiar cuando ni siquiera uno de cada diez contratos es indefinido y de estos, un 60% es a tiempo parcial”, concluye Laura Estévez.
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