De media, pasamos casi cuatro horas diarias mirando nuestro smartphone. El abuso de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales se considera como una adicción sin sustancia, algo que acaba suponiendo un trastorno de conducta para una de cada cuatro personas. Los teléfonos inteligentes se han convertido en uno de los objetos más demandados e indispensables en el siglo XXI. España se encuentra en sexto lugar entre los países con mayor presencia de móviles del mundo, y donde es el dispositivo más utilizado para acceder a internet, algo que ya hace el 97% de la población, según el informe Ditrendia: el Mobile es España y en el Mundo 2018.”
Entre la población, se producen algunas conductas que pueden revelar un uso excesivo e inadecuado de las nuevas tecnologías: el 50% de las personas encuestadas ha revelado que utilizar el teléfono móvil es lo primero y lo último que hace durante el día, y el 14% revela que incluso lo utiliza conduciendo.
Las personas jóvenes son el rango de población más enganchado a los teléfonos móviles. En el segmento comprendido entre 18 y 24 años, el porcentaje de personas que se consideran adictas a los teléfonos móviles asciende hasta el 45%. En esta franja de edad, nos encontramos con que se utiliza el móvil de media unas seis horas diarias, dos horas más que la media nacional. “Estamos ante una de las adicciones del siglo XXI, una adicción que va relacionada con el avance tecnológico y que, por desgracia, todavía no se ve como tal. Muchas personas jóvenes se quitan horas de estudio o de relacionarse con otras personas porque están enganchadas al móvil”, apunta Pablo Trapero, responsable confederal de Juventud USO.
Entre los menores de edad, los datos también son alarmantes. Un estudio en el que han participado científicos del Instituto de Adicciones de Madrid Salud, y de las Universidades Complutense, Francisco de Vitoria y Rey Juan Carlos, apunta a que más de la mitad de los menores de 18 años experimenta problemas asociados al uso y abuso de los smartphones. Según este estudio, un 57% de los menores hacen un uso problemático del móvil. Asimismo, un 45% hace un uso problemático de Internet. Una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con estas adicciones sin sustancia, según la OMS. El juego patológico, el abuso de internet y las redes sociales, la adicción a las compras, al sexo o al trabajo son las principales adicciones sin sustancia, también llamadas adicciones de comportamiento. “Esa dependencia del móvil está derivando en conductas de adicción a juegos online y está dando también como resultado que las personas jóvenes empiecen a perder habilidades sociales en el contacto del tú a tú. Hoy se conoce gente a través de aplicaciones, se juega en línea con otras personas, se liga a través de diversas plataformas… se está dejando de lado el charlar con colegas en la plaza por dedicar más tiempo a relacionarse a través del móvil y eso va en detrimento del desarrollo de las habilidades sociales”, destaca Trapero.
¿Se trata de adicción o de mala educación? Todavía en los primeros años del siglo XXI, los humanos estamos escribiendo las primeras páginas de la historia del uso de las nuevas tecnologías. El empleo inadecuado o excesivo de las nuevas tecnologías se confunde en ocasiones con la mala educación a nivel de utilización de tal recurso.
Desde USO, apoyamos la utilización de las nuevas tecnologías con moderación, sin que suponga un riesgo para la salud de las personas ni las exponga a un trastorno psicosomático. Además, “desde Juventud USO hacemos un llamamiento para que este verano dejemos de lado el móvil, hablemos más con gente de nuestro entorno, conozcamos a otras personas como siempre se ha hecho, disfrutemos de las relaciones personales y, si detectamos que alguien tiene esa adicción, o nosotros y nosotras mismas, acudamos a profesionales de la psicología o de tratamiento de adicciones, porque estamos ante la punta de un iceberg del que no conocemos aún sus consecuencias. Y, por supuesto, al volante, activa el modo avión o utiliza el manos libres homologado para el vehículo, que un mensaje o una llamada no te amarguen las vacaciones”, concluye el responsable de Juventud USO.
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