El informe sobre reducción de jornada realizado por Syndex Consultores para USO analiza la realidad de la jornada laboral en España y la pertinencia de su reducción gradual
El informe “Análisis de la reducción y distribución de la jornada laboral en España”, realizado para USO por Syndex Consultores, refuerza la apuesta por una transición gradual hacia la reducción de la jornada semanal a 32 horas en un plazo de 10 años, distribuidas en cuatro días.
“Apoyamos decididamente la actual propuesta del Gobierno de reducir la jornada hasta las 37,5 horas, ya que una de las reivindicaciones históricas de nuestra organización es la jornada semanal de 35 horas, pero consideramos que hay que apostar por modernizar el modelo laboral, responder a las demandas sociales de un equilibrio entre trabajo y vida personal, mejorar la calidad del empleo y avanzar hacia una sociedad más igualitaria y sostenible, con una reducción superior en un corto espacio de tiempo. El Gobierno debe intensificar sus esfuerzos en cumplir con su compromiso de alcanzar las 32 horas semanales de trabajo”, defiende Sara García, secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO.
La organización actual del tiempo de trabajo en España se caracteriza por jornadas extensas, alta temporalidad y parcialidad, rigidez horaria y una fuerte cultura del presentismo. “Por ello, la reducción progresiva de la jornada laboral hasta las 32 horas semanales en un plazo de 10 años, sin reducción salarial, acompañada de medidas como el registro horario digital y reforzar el derecho a la desconexión, contribuirá a mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras y el mercado laboral en nuestro país”, insiste García.
Impactos positivos de una jornada reducida
Según este mismo informe, los impactos positivos del establecimiento de una jornada reducida, más allá de la propuesta oficial, se traducirán en mejoras en diversos ámbitos:
- Salud y bienestar, con una menor incidencia de estrés, mejores hábitos de vida y reducción del agotamiento.
- Productividad: jornadas más cortas pueden mejorar la concentración y eficiencia, reduciendo errores y aumentando el compromiso laboral.
- Sostenibilidad: menor uso de transporte, disminución de la huella de carbono y optimización de recursos energéticos.
- Conciliación e igualdad de género: mejora la corresponsabilidad en tareas del hogar y reduce la brecha de género al facilitar el equilibrio entre trabajo y vida personal.
Sin embargo, también se identifican una serie de desafíos en su implementación que tiene que ver, por un lado, con la carga de trabajo, constituyendo un riesgo de intensificar el ritmo laboral si no se planifica. Por otro lado, se encuentran dificultades en la adaptación sectorial, puesto la sanidad, la hostelería y el transporte enfrentan dificultades debido a la necesidad de cobertura continua. Y, por último, los costes para las empresas, que se traducen en incrementos en contratación y reorganización que pueden generar resistencia en sectores menos flexibles.
La organización del tiempo de trabajo en España: jornadas extensas
En España persiste una tendencia hacia jornadas laborales extensas que superan las 8 horas diarias en muchos sectores, especialmente en aquellos donde dominan la temporalidad, estacionalidad o alta producción. Esto se explica en el hecho de que la economía española se caracteriza por una estructura productiva histórica centrada en sectores como el turismo, el comercio y los servicios, donde el trabajo depende en gran medida de la atención al cliente o del servicio en tiempo real, en los que se generan demandas de disponibilidad constante y una presión significativa sobre las personas trabajadoras para mantener jornadas prolongadas.
En general, la organización del tiempo de trabajo en España carece de flexibilidad horaria, lo que se traduce en horarios rígidos que no siempre se adaptan las necesidades o requerimientos específicos de sus tareas que desempeñan las personas trabajadoras. Sin embargo, a pesar de la normativa que regula la duración de la jornada laboral, la falta de control efectivo sobre las horas trabajas hace que muchas personas trabajadoras realicen horas extra sin la correspondiente compensación, ampliando su jornada laboral de manera informal y no registrada. Paradójicamente, la rigidez horaria que limita el derecho a la flexibilidad en beneficio de las personas trabajadoras, sí se flexibiliza cuando se trata de cubrir las demandas de las empresas.
Además, la estructura del tiempo de trabajo en España no es uniforme y presenta importantes disparidades en función del nivel salarial y la estabilidad laboral. Las personas trabajadoras con menos ingresos suelen enfrentarse a jornadas más extensas, a menudo sin la compensación económica adecuada. En cambio, quienes ocupan cargos de mayor responsabilidad o pertenecen a sectores con convenios colectivos fuertes, suelen tener mayor flexibilidad horaria y opciones para negociar una jornada reducida o adaptada a sus necesidades.
Esta desigualdad en la distribución de horas también se manifiesta en términos de género, puesto que las mujeres, que asumen de forma desproporcionada las responsabilidades de cuidado, se ven más afectadas por la falta de flexibilidad en sus horarios laborales. También, la reducción de jornada experimentada en los últimos años ha incidido de forma desigual dependiendo del género: las mujeres han experimentado una disminución mayor, pasando de trabajar 38,8 horas en 1987 a 35,2 horas en 2024, mientras que los hombres han reducido de 42,6 horas a 39,7 horas en el mismo período, relacionado directamente con quiénes asumen la mayor parte de los cuidados.
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