El último mes de 2018 se inicia con la conmemoración del Día Mundial de la lucha contra el SIDA. Cerca de 40 años después del descubrimiento de esta letal enfermedad han sido muchos los cimientos que las sociedades han ido consolidando para conocer mejor esta patología, dar a conocer sus formas de propagación, prevenir nuevos contagios y luchar médicamente contra ella.
Pese a los importantes avances logrados, los estudios estadísticos muestran que en los tiempos presentes una cuarta parte de las personas contagiadas por el VIH desconocen que lo están.
Según el informe presentado por ONUSIDA con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra hoy, 1 de diciembre, cerca de 9,4 millones de personas con VIH no sabían que están infectadas a fecha de 2017. La detección precoz del VIH es esencial para luchar contra el SIDA, siendo la primera clave para poder actuar contra esta enfermedad una vez que el virus entra en el organismo, reducir al máximo sus efectos, y, asimismo evitar nuevos contagios.
Un año más, desde USO incidimos en la necesidad de afrontar la lucha contra el SIDA desde una perspectiva global e integrada que fomente el desarrollo de tratamientos médicos contra esta enfermedad, incida en la detección precoz del VIH, asegure condiciones de trabajo adecuadas para evitar nuevos contagios, y garantice el acceso a tratamientos médicos de calidad así como la no discriminación de las personas afectadas.
Hoy en día siguen siendo muchas las barreras a derribar para una lucha eficaz contra el SIDA. El miedo a la discriminación continúa disuadiendo de la realización de pruebas médicas de diagnóstico. El acceso a pruebas confidenciales sigue resultando problemático. En muchos casos las pruebas se realizan a posteriori, una vez que ya han empezado a manifestarse de forma clara síntomas de la enfermedad. Son muchas las personas infectadas sin acceso a servicios de asistencia y prevención de calidad. También son muchas las desigualdades entre unas sociedades y otras, y dentro de las mismas. Los proyectos de investigación para la lucha contra el VIH están en gran medida condicionados por las partidas en inversiones que dediquen los gobiernos de cada momento, lo que en muchos casos dificulta su continuidad. En el ámbito laboral muchos profesionales trabajan en condiciones de trabajo marcadas por la precariedad, lo que dispara la posibilidad de que se produzcan futuros nuevos contagios, tal como ocurre, por ejemplo, en el sector sanitario cuando no se dispone de instalaciones y útiles en las debidas condiciones higiénicas o cuando no existen protocolos de seguridad ante contagios.
Es muy importarte abordar el VIH desde el ámbito laboral y desde la protección de los derechos laborales para asegurar que las personas afectadas puedan disfrutar de empleo pleno y productivo, porque las desigualdades de ingresos están vinculadas a causar una situación de pobreza y exclusión social.
En España, el pasado 27 de noviembre, los Ministros de Sanidad e Interior firmaron el Pacto de Estado frente al VIH con el fin de promover el consenso en las políticas y dar respuesta al sida centrándose principalmente en torno a la prevención, el diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la lucha contra este estigma. Además, con este Pacto, el Gobierno se compromete a generar marcos jurídicos sociales y normativos para acabar con la discriminación por VIH estableciendo una serie de acciones en los ámbitos sanitario, laboral, educativo y científico. Esperamos que con este acuerdo se contribuya a eliminar esa discriminación real que todavía existe en nuestra sociedad, discriminaciones que, tal y como indica Cesida, con la que participamos en la difusión de sus últimas campañas, pueden ir desde poder tener un empleo, poder pedir una hipoteca, a solicitar un seguro médico o entrar en una residencia de mayores.
Desde USO aprovechamos para resaltar la necesidad de abordar estos y otros retos de forma activa y continua en nuestra sociedad, y esperamos que este pacto firmado se dirija sobre todo a preservar y construir un entorno que favorezca la igualdad de trato y de oportunidades para las personas con sida y caminar así hacia el cumplimiento de este objetivo contemplado en la agenda 2030 de poner fin a la empidemia VIH/Sida.
Solo en la medida en la que todos estemos comprometidos con estas personas podremos contribuir a eliminar las barreras que hoy en día siguen existiendo para las personas afectadas por VIH/SIDA, fomentando la igualdad real de oportunidades de estas también a través de la educación afectivo sexual, así como incentivando una cultura social concienciada en esta materia, que facilite el desarrollo de investigaciones científicas y el mayor grado posible de accesibilidad a los correspondientes tratamientos médicos antirretrovirales.
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