Un total de 170 empleos -de los que 100 corresponden a tripulantes de cabina y 70 a pilotos- están en peligro tras el anuncio por parte de Norwegian del cierre de su base en Madrid, información que la empresa ha mantenido oculta durante todo el verano y solo cuando ha llegado al comité de empresa por fuentes ajenas, ha sido confirmada por la dirección de la aerolínea noruega el pasado viernes.
“Enterarnos por fuentes distintas a la empresa de una decisión como esta, a pesar del largo tiempo que llevamos solicitando información sobre los planes de invierno en términos de posibles reestructuraciones, solo podemos entenderlo como mala fe, llevando una vez mas a los trabajadores a sufrir el estrés de este tipo de procesos”, critica Ernesto Iglesias, secretario general de USO en Norwegian y presidente del comité de empresa.
Norwegian ha justificado el cierre de la base de Madrid por una supuesta reducción en la actividad así como por el retraso en la entrega de los Boing. “En los próximos días, Norwegian tendrá que acreditar por qué determinadas rutas operadas desde Madrid han dejado de ser rentables o si, en cambio, por motivos estratégicos del grupo a nivel global, han decidido retirar recursos de España, a pesar de ser rentables, para reforzar otras bases extranjeras, lo cual no justificaría este cierre en absoluto. Pensamos que esta reestructuración no se va a quedar solo en Madrid”, asegura Iglesias.
El martes, 1 de octubre, USO Sector Aéreo ha sido convocado a una primera reunión para recibir la información sobre las intenciones reales de la empresa, en la que se valorarán las causas que han conducido a esta decisión.
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