La Encuesta de Estructura Salarial que hoy ha dado el conocer el Instituto Nacional de Estadística, y que corresponde al cierre de 2017, refleja “una realidad laboral que avanza a paso de hormiga desde el anuncio de que ya estábamos en plena recuperación y que mantiene una población que habitualmente no pasa de los 1.000 euros netos al mes y una brecha salarial que se traduce en más de 100 días de trabajo necesarios por parte de las mujeres para igualar a los hombres”, resume Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
En cuanto a los salarios, “hay que entender los diferentes criterios estadísticos para poder analizar la realidad laboral lo más realísticamente posible. El salario medio, por ejemplo, es de 23.646,5 euros brutos anuales, pero resulta engañoso utilizar ese dato, como bien puede observarse en el gráfico, ya que la inmensa mayoría de los trabajadores cobran por debajo de esa cifra, pero poco sueldos muy altos elevan la media gracias a una profunda desigualdad”, explica Estévez. “Si elegimos el salario mediano, la cantidad baja ostensiblemente, hasta los 19.830,12 euros. Este es el salario en el cual hay el mismo número de trabajadores que cobran por debajo que el mismo número de trabajadores que cobran por encima. Sigue sin ser el dato más significativo, pues hay una gran diferencia entre algunos de los que cobran muy por encima y los que están por debajo”, continúa desarrollando.
“Finalmente, nos encontramos con el salario más frecuente, que es de 17.482,06 euros brutos anuales, 1.248 en 14 pagas, lo que equivale a unos 1.000 euros limpios. Este es el salario que percibe un mayor número de trabajadores, lo que se puede decir que es más común cobrar en España, tanto ese como unos euros por encima y unos euros por debajo. Es esa cifra sobre la que hay que llamar la atención, que seguimos siendo un país de, con suerte, mileuristas”, denuncia la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
La Encuesta ofrece datos desglosados tanto de comunidades autónomas como de sectores. “Datos que tampoco ofrecen novedades significativas, siguen el patrón habitual, sobre el que no se actúa: un mapa de desigualdades donde los salarios más altos se concentran en el noreste y son más bajos en la mitad sur; y sectores productivos a los que se sigue fiando la creación desordenada de empleo cuando los salarios y la estabilidad son ínfimos: 14.540,14 euros de media cobraron los trabajadores de hostelería, pero sigue sin apostarse por un tejido industrial o basado en la I+D+i que cree ocupación de alto valor añadido”, continúa Laura Estévez.
Brecha de género
Además, en cuanto a la estructura por sexos, “resulta cansino tener que denunciar, estadística tras estadística, mes tras mes, sea EPA, paro o salarios, que la brecha de género no solo no se reduce, sino que crece, sin que se apliquen medidas regeneradoras. No basta con tomar conciencia del problema de la desigualdad, hacer bandera de él en las campañas electorales y apoyar la bandera en la pared nada más que la campaña termina: es necesario aprobar políticas efectivas en la materia. El salario medio de un hombre fue de 26.391,84 euros, frente a los 20.607,85 de las mujeres. Una mujer debe trabajar 102 días más, 467, para cobrar lo mismo que un hombre”, denuncia la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales.
“Esto”, explica, “no se debe a que, como aún se cree erróneamente, una mujer cobre menos que un hombre por el mismo empleo. Se debe a que la mujer sigue teniendo muchas más trabas para acceder a los puestos de dirección y continúa encasillada en trabajos ‘femeninos’, que son los que, como vemos por sectores, menor remuneración ofrecen. Además, siguen padeciendo las jornadas parciales obligadas por cuidados, que rebajan el cómputo anual. Ahí, en esos tres campos, es donde resulta urgente actuar para eliminar la brecha de género”, concluye Laura Estévez.
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