Los salarios de Castilla-La Mancha se han depauperado más que la media española, aumentando su diferencia con esta. “Hemos perdido poder adquisitivo y nos hemos distanciado el salario medio del país. Se ha perdido un 6% con respecto a los precios en estos diez años, el 85% de la población trabajadora gana menos que en 2008 porque solo han subido los sueldos en Industria y, en total, cobramos 3.000 euros anuales menos que un español medio”, expone Julián García, secretario general de USO-Castilla-La Mancha. “Y, al contrario que la media, nosotros hemos vuelto a ver cómo bajan los salarios de 2017 a 2018, especialmente en Servicios, aunque nos digan que estamos en recuperación. Esa recuperación no se traslada a las mesas de negociación colectiva”, remata Julián García.
Son algunos de los datos extraídos de la Radiografía socioeconómica y laboral de Castilla-La Mancha, elaborada por el Gabinete de Estudios de USO y presentada con motivo de la inauguración de la nueva sede del sindicato en Ciudad Real. Del informe se desprende que el paro en Castilla-La Mancha sigue siendo superior a la media nacional, en más de dos puntos y medio, 16,16%; pero, además, ha subido el doble con respecto a esta desde el inicio de la crisis, el 1,12% frente al 0,66% en diez años y se ha perdido ocupación. Únicamente Guadalajara rompe la tendencia general. También hay menos indefinidos que en el resto del país.
En cuanto a los sectores, preocupa especialmente “que dependemos demasiado de los Servicios. Es el único donde se ha creado empleo en todas las provincias, pero también el que concentra al mayor número de parados y los menores sueldos, lo que nos obliga a diversificar el tejido productivo”, avisa Julián García, secretario general de USO en Castilla-La Mancha. Una particularidad de la región, es que “cuenta con una aportación de empleo público por encima de la media en casi 4%, algo que alivia en parte la falta de trabajo, pero que indica que hay que incentivar la llegada de empresas o el emprendimiento para crear riqueza y diversificación”, continúa el secretario general de USO en la región.
Igualmente, Castilla-La Mancha “necesita trabajar más tanto en el abandono escolar como en la formación para el empleo. Más de la mitad de los parados no han terminado la ESO, el 58%, lo que indica un alto fracaso escolar que, a la larga, crea bolsas de pobreza por su falta de adaptación al mercado laboral. Para facilitar su reinserción, es necesario que se apueste por una formación capacitadora que debe ser directamente gestionada desde los Servicios Públicos de Empleo y no repartiendo fondos que financien estructuras de patronales y grandes sindicatos, ya que se ha demostrado que con ese sistema se han perdido miles de millones de euros que no han revertido en la preparación de los desempleados”, argumenta Laura Estévez. Quien, a su vez, se va al otro extremo, “al de la sobrecualificación, pues el siguiente grupo de parados es el de los titulados superiores. Eso indica que Castilla-La Mancha no genera empleo orientado a los universitarios, por lo que se debería apostar por más itinerarios de formación profesional y formación dual, orientada directamente a la entrada al mundo laboral”.
Brecha de género durante la vida laboral y en las pensiones
“En Castilla-La Mancha, 6 de cada 10 desempleados son mujeres, a pesar de que la ocupación femenina es menor. Esa brecha no se daba en 2008, pero es engañoso. Por entonces, el 46% de los parados eran mujeres, pero porque había muchas menos activas. En los años de la crisis, muchas se incorporaron al mundo laboral por las necesidades familiares y, sin embargo, con la recuperación paulatina, están siendo más castigadas con el paro que los hombres. Desde 2014, el paro entre ellos se ha reducido a menos de la mitad, pero en las mujeres solo ha bajado un tercio”, analiza Sara García, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO. Hoy hay 25.800 desempleadas más que en 2008 por 13.800 hombres más trabajando. La brecha “es especialmente sangrante en Toledo y Ciudad Real, donde el paro femenino casi duplica al masculino”, prosigue.
Hay más mujeres paradas en todos los tramos de edad, salvo entre los más jóvenes: “la estadística es clara en este sentido, ya que las mujeres alargan más su formación. Sin embargo, al llegar a la edad de la maternidad, el mercado de trabajo las penaliza, duplicando el paro masculino entre los 35 y los 44 años”, advierte la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.
“Existen otros grupos especialmente vulnerables. Castilla-La Mancha, en la línea del resto de país, tiene un alto porcentaje tanto de parados de larga como de muy larga duración, que han perdido todas las prestaciones contributivas y que rozan el 40% del conjunto de parados. Las mujeres son amplia mayoría en todos los tramos de permanencia en el paro, ya desde los seis meses. Otros segmentos de población que deberían verse favorecidos por la formación efectiva para el empleo”, expone Laura Estévez.
Una vida laboral marcada por salarios más bajos influye “en las pensiones menores de los castellano-manchegos, todas por debajo de la media nacional. La mayoría se sitúa en el tramo de 650 a 700 euros, 7 de cada 10 son menores que el SMI y la brecha de género es correlativa a la etapa profesional: casi 300 euros menos de media al mes. Esto nos reafirma en nuestra petición de blindar las pensiones en la Constitución, una reivindicación para la que ya hemos presentado más de un millón y medio de firmas al Defensor del Pueblo y le hemos presentado a los grupos parlamentarios”, explica Sara García.
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