Joaquín Pérez, secretario general de USO, y Javier de Vicente, secretario de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible, han participado en la Conferencia de Medio Mandato de la CES
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha celebrado en Lisboa su Conferencia de Medio Mandato, del 8 al 10 de noviembre, en la que han participado Joaquín Pérez, secretario general de USO, y Javier de Vicente, secretario de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible.
En el encuentro se han debatido aspectos cruciales sobre el futuro del sindicalismo europeo de cara al próximo Congreso en 2023.
Nuevos desafíos para los sindicatos en Europa
En su intervención durante la Conferencia de Medio Mandato de la CES, Luca Visentini, su secretario general, expuso los principales desafíos a los que se enfrenta la Confederación Europea de Sindicatos. Entre ellos está el contexto de pandemia en el que seguimos inmersos, que la OMS considera que empeorará en invierno convirtiéndose de nuevo Europa en epicentro por el número de contagios. Ante estas perspectivas, la CES sigue reclamando el acceso universal y gratuito a las vacunas. Igualmente importante es mejorar la inversión en los servicios públicos como parte de las medidas de recuperación de la UE.
En lo relativo al aspecto laboral, las medidas de suspensión temporal del empleo (programa SURE) han sido eficaces para reducir el impacto de la pandemia. Sin embargo, sigue siendo imprescindible que estas medidas se prorroguen todo el tiempo que sea necesario. Del mismo modo, la UE debería garantizar que los fondos para la recuperación de los países estén vinculados a la mejora del empleo y a la creación de empleos de calidad. Para la CES es importante que existan condicionalidades y dispositivos de seguimiento de los planes de recuperación, de manera que la salida de la crisis para los países no sea profundizando las desigualdades y la precariedad en el empleo.
Reforma fiscal e inflación
A fin de alcanzar otra recuperación, una que sea de las personas, la CES insta a la UE a que realice una reforma fiscal para garantizar la transformación hacia economías justas y sostenibles. La pandemia ha supuesto un punto de inflexión a la hora de frenar las políticas de austeridad y valorar otros aspectos más allá del PIB. Para los sindicatos europeos, las políticas de austeridad de los últimos años han puesto en evidencia sus terribles consecuencias sobre la vida de los europeos, condenando a más personas a la pobreza. Visentini advirtió, en presencia de la Ministra de Trabajo de Portugal y del Alcalde de Lisboa, que los sindicatos adoptarán una postura radical -aunque pacífica-, para impedir que se vuelva a las políticas de recortes para las condiciones de vida de las personas trabajadoras.
Una pobreza que en la actualidad se ve agravada, además de por la precarización del empleo, por la inflación. El encarecimiento de la energía y las materias primas está elevando los precios de los combustibles, la electricidad y los alimentos en toda Europa, complicando la recuperación para los trabajadores.
A todo esto hay que sumar la amenaza a la democracia que supone la existencia de grupos de extrema derecha que perpetúan ataques como el realizado el pasado octubre contra la sede de la CGIL; así como la inacción de las élites políticas ante la gravedad de la emergencia climática. Los problemas son múltiples, pero los sindicatos europeos están decididos a hacerles frente; algo que quedó patente en la Conferencia de Lisboa.
Avanzar en la unión del sindicalismo europeo
Para hacer frente a estos desafíos, los sindicatos europeos han apostado en la Conferencia de Medio Mandato de la CES por la defensa de la unidad y de la acción. Un tema que ha centrado buena parte del debate ha sido el relativo a la toma de decisiones. Hasta ahora la CES ha priorizado el consenso en sus estatutos y, en el caso de que no se alcance, la aprobación mediante mayoría cualificada. Una vez aprobada una propuesta por una mayoría de dos tercios, esta se convierte en mandato para el Comité Ejecutivo, que debe velar por su puesta en marcha.
Las diferencias entre países en torno a temas como los sistemas de negociación colectiva, los sistemas de bienestar social, fijación de salarios, migración y derechos humanos; así como la forma de abordar las competencias y la legislación de la UE en temas como la gobernanza económica, los salarios, el cambio climático, etc., se presentan cada vez más como retos para la unidad de la CES. Ante esto, algunos afiliados plantean evitar las votaciones sobre cuestiones en las que no se pueda encontrar un compromiso. Sin embargo, esto supondría una pérdida de relevancia de la CES en el seno de la UE y, a largo plazo, socavar la organización como confederación.
USO considera que la fuerza del sindicalismo europeo reside en su capacidad de actuar de forma unitaria, actuando en coherencia con las reglas de democracia interna estipuladas, y en la puesta en práctica de la solidaridad entre los trabajadores de toda Europa. Frente a los desafíos globales como el auge de la desigualdad económica, el empeoramiento de las condiciones laborales, el aumento de las catástrofes naturales por el cambio climático, la vulneración de los derechos humanos de los migrantes y refugiados, etc., las respuestas deben ser globales.
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