Con motivo del 12 de agosto, Día Internacional de la Juventud, este 2016, desde Naciones Unidas se propone como lema “La Juventud que lidera la sostenibilidad”, basándose en uno de los principales objetivos de la Agenda 2030: la erradicación de la pobreza y el consumo sostenible. Desde USO centramos nuestra campaña de 2015 en la pobreza juvenil, por lo que desde el Departamento Confederal de Juventud se ha lanzado para este 2016 un llamamiento a la reivindicación de su espacio y su participación en todos los ámbitos: políticos, sociales, económicos, sindicales, etc, así como que la juventud esté presente en la agenda política.
Es realmente muy frustrante certificar que la crítica situación de la juventud en España en los últimos años se ha convertido en una inercia inamovible; las altas tasas de desempleo, la precariedad laboral, el subempleo, la emigración, la imposibilidad de llevar a cabo un proyecto de emancipación… se repiten año tras año.
Hablar de juventud y empleo puede ser algo contradictorio a la vista de las estadísticas que mes a mes nos llegan desde el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Según se desprende de la EPA de diferentes años, la delicada situación en la que se encuentra la juventud puede tener como consecuencia tanto una desconexión del mercado de trabajo como la exclusión social, y es que, la juventud, como colectivo de parado de larga duración, al que muchas veces se les niega el acceso a un puesto de trabajo por no tener experiencia está creando un efecto espiral que parece no tener fin.
A 31 de diciembre de 2015 había 718.980 jóvenes menores de 30 años inscritos en la Oficinas Públicas de Empleo, pero al igual que pasa con el resto de la población, la población juvenil parada es superior, ya muchos y muchas jóvenes no se inscriben en dichas oficinas ya que no ven el sentido de hacerlo ya que no se encuentra trabajo a través de ellas y, muchas de ellas, apenas ofrecen cursos que les puedan interesar. Aún así, la población ocupada de 16 a 29 años se ha incrementado un 0,33% en el último año, pero el acumulado de los últimos cinco años nos da un resultado negativo del 18%, con más de 500.000 ocupados menos.
Por sexos, el 51,47% de personas jóvenes paradas son mujeres y el 48,53% son hombres, las mujeres vuelven a ser el colectivo más vulnerable al paro entre la juventud, ese porcentaje aumenta en el caso de mujeres jóvenes con algún tipo de discapacidad.
En 2015, el 70,4% del empleo juvenil en España fue de carácter temporal, lo que supone la tercera tasa de temporalidad más alta entre las y los jóvenes asalariados de la OCDE.
Además, la tasa de paro universitaria en España duplica la media europea. España, con una tasa de paro del 13,43% entre los universitarios, supera el doble de la media en la Unión Europea, que es del 5,67%.
Un año más, Servicios vuelve a ser el sector que más contrataciones de jóvenes aglutina, con un 80,46% del total, seguida de industria, agricultura y construcción.
2015 volvió a ser un año negro en lo que a emancipación juvenil se refiere, ya que con respecto a 2014, ha bajado un 4,81%, situándose en el 20,5% entre jóvenes de 16 a 29 años. Este dato, no solo es más bajo que en 2014, sino que, además, nos sitúa un año más, a la cola de Europa en emancipación juvenil y es que hablar de emancipación juvenil con las condiciones laborales que hemos visto, más que una realidad, se convierte en muchas ocasiones en una fantasía o ilusión. La tasa de emancipación entre jóvenes de 30 a 34 años también baja con respecto a 2014, un 7,45%, elevando el total de jóvenes de 30 a 34 años emancipados al 73,2%. El número parece alto, pero si tenemos en cuenta los datos con hace 15 años, la tasa era mayor y si nos retrotraemos 30 años atrás, las cifras eran más altas ya que en esas edades, la gente ya tenía un trabajo estable, y en muchos casos, se vivía en pareja o se empezaba a formar la familia.
Los datos referentes a emigración e inmigración de jóvenes son siempre unos datos controvertidos ya que apenas hay información sobre ellos. Según el informe “Cambios en la estructura y localización de la población”, publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de investigaciones Económicas, desde 2012, España ha perdido 1,2 millones de jóvenes y es que la falta de oportunidades de empleo y desarrollo profesional en el conjunto del estado español, ha llevado a muchos y muchas jóvenes a emigrar en busca de un futuro mejor.
Al aumento en la tendencia migratoria hay que sumar que la inestabilidad laboral y el desempleo juvenil hacen que la edad de emancipación y de maternidad se retrase, la media de edad de madres primerizas es de 30 años. También se ha apreciado un aumento exponencial de los hogares sin hijos y de los hogares unipersonales.
De seguir esta tendencia de 2015 en los próximos años, España se enfrentaría a una pérdida progresiva de población, y un envejecimiento paulatino de la población, con una inversión de la pirámide poblacional, con las repercusiones en el estado de bienestar que ello podría conllevar.
La USO exige que las políticas de juventud y la situación por la que atraviesan nuestros jóvenes se introduzcan en el centro del debate y se diseñen estrategias y planes para la juventud contando con su participación y con una concepción de pacto de estado. No se puede tener una visión tan cortoplacista pensando sólo en el rédito electoral, los y las jóvenes son, además de cerca del 21% de la población, nuestro presente y futuro.
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