El IPC se ha reducido en mayo prácticamente a la mitad, de 1,5% a 0,8%, cifra que llevaba casi año y medio sin registrarse y que supone “un toque de atención sobre la falta de dinamismo económico de nuestro país”, analiza Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
“Hay una parte de la estadística que debemos considerar positiva, como es una diferencia de más de un punto entre la inflación y la subida media pactada por convenio, que este trimestre es del 2,21%. Por primera vez habría una mínima recuperación salarial si el año se cerrase así en ambas variables. No sirve para reparar la pérdida de poder adquisitivo de la década, pero sería un buen inicio”, continúa Estévez. “Sin embargo, nos tememos que no se trata de una tendencia de recuperación de sueldos y contención de precios en productos básicos como vivienda y transporte, sino el reflejo de un mes de paralización e incertidumbre por los procesos electorales, la falta de un gobierno estable desde hace años y una tendencia del ciudadano, por lo tanto, al ahorro en vez de al consumo”, matiza la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
“Llevamos meses observando cómo las ratios económicas de nuestro país se estancan en valores inasumibles y, sin embargo, ya estructurales. Vuelve a crecer la temporalidad y, con ella, el miedo a una nueva recesión. Las familias tratan de inflar un colchón desplumado en esta década y se contiene el gasto, algo que, de mantenerse, penalizará el empleo en Servicios”, concluye Laura Estévez.
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