USO considera inaceptable el ERE, presentado el pasado 28 de julio por el Gobierno americano, en la Base Aérea de Morón de la Frontera que afecta a “todos” los empleados de tres departamentos de pista de la base (parque móvil, combustibles y ATOC) para sustituirles por personal militar norteamericano.
Este ERE viene precedido de una reunión, el pasado 15 de julio, con el ministro Morenés, quien convocó al comité de empresa para que se le informara y dieran argumentos para la defensa de los puestos de trabajo de la base. A pesar de ello, los Estados Unidos han planteado otra reducción de trabajadores españoles.
Todos y cada uno de los puestos de trabajo de la base están justificados, incluso faltan trabajadores y, muestra de ello, es la cantidad ingente de horas extra ordinarias que se realizan. Cada vez hay más actividad militar en la base, donde se ha incrementado el contingente de infantes de marina hasta más de 1.000.
Como muestra de rechazo, USO va a habilitar varias plataformas de recogidas de firmas para que el Gobierno se replantee las relaciones con Estados Unidos en cuanto a las bases, y que se abra la posibilidad a que una fuerza militar extranjera en España se repliegue a su país.
Cuatro años de ERE contínuo
Desde 2010, el Gobierno de los Estados Unidos, a través de su contrata en la Base aérea de Morón de la Frontera, empezó a hacer una sangría de despidos de trabajadores españoles, a la vez que se contratan nuevos trabajadores norteamericanos contratados en los Estados Unidos para sustituir a los trabajadores españoles despedidos.
En 2010, la base contaba con aproximadamente 600 trabajadores españoles para cubrir el mantenimiento de un contingente militar de unos 150 militares. En el transcurso del último año, esta cifra ha pasado a 1.500 militares mientras que se sigue despidiendo a la plantilla española con contratos indefinidos, para sustituirlos por personal civil americano, que ni están dados de alta en la Seguridad Social ni pagan ningún tipo de impuestos.
En el año 2010, se planteó un ERE que afectaba a 286 trabajadores, que al final se resolvió con el despido de 119 trabajadores. En agosto de 2013, coincidiendo con las vacaciones tanto de la plantilla como de los representantes de los trabajadores, el Gobierno de los Estados Unidos realizó otro ERE que esta vez afectaba a 70 trabajadores, y que al final se resolvió con 66 trabajadores despedidos.
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