El paro ha registrado este mes de mayo su mayor descenso con respecto al mes anterior, 84.075 personas, y lo ha hecho equitativamente, en todos los sectores, incluyendo el colectivo sin empleo anterior, que encuadra a los parados de larga y muy larga duración. “Obviamente, nos alegramos de este descenso, no puede ser de otra forma. Sin embargo, no podemos perder de vista que esta bajada de la que nos alegramos es un paro de más de tres millones de personas y porcentajes del 14%, que analistas internacionales marcan como el paro estructural de España y que duplica el desempleo europeo. Las medidas deben ir encaminadas a dinamizar la economía con un cambio de modelo productivo, porque ser un país de servicios ya no da para más”, asevera Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Mayo es tradicionalmente un mes de mucha contratación, con más dos millones formalizados, “pero con la plaga endémica de la temporalidad, que en general va aparejada al turismo. Aunque el Puente de Mayo solo lo fue para los madrileños, en esta ocasión fueron casi unas minivacaciones que repercutieron en toda la costa, norte y sur. Pero cinco días de contrato no salvan un mes ni mucho menos un empleo. Si nos vamos a la estadística de indefinidos, ha estado por debajo del 9% del total de contrataciones, con un descenso porcentual y neto sobre abril y sobre mayo de 2018; con casi tantos contratos a tiempo parcial como a jornada completa, y con un descenso del paro del doble entre hombres que entre mujeres. Son las tendencias que hay que revertir, pues eso indicará un cambio real en el mercado laboral de nuestro país”, señala Pérez.
Esta bajada esporádica del paro puede comprobarse, además, cruzando los datos con las afiliaciones a la Seguridad Social: “el paro ha bajado más que en mayos pasados, pero las cotizaciones medias han subido menos, fruto de contratos más cortos y afiliaciones por días, que se han dado, sobre todo, en Hostelería”, analiza el secretario general de USO. Por todo ello, “insistimos en la necesidad de no hablar de bajar o subir el paro, ya hemos tocado fondo de parados si solo lo fiamos a la inercia del mercado: o se cambia la política fiscal de las contrataciones y se impulsa un nuevo tejido productivo de calidad, con valor añadido del I+D+i, o siempre estaremos hablando de mejorías de migajas, con un futuro construido sobre cimientos de inestabilidad y precariedad”, sentencia Joaquín Pérez.
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