1 de cada 3 parados tiene más de 55 años y un riesgo alto de quedar fuera del mercado laboral sin recualificación
Los parados mayores de 45 años suponen cerca del 60 % del total de parados registrados, el 56,7 %. Y, de ellos, los dos peores tramos son los mayores de 59 años (suponen el 15,9 % del total de parados) y quienes están entre 55 y 59 años (15,7 %). Esto supone que uno de cada tres parados en España, el 31,6 %, tiene más de 55 años y, por lo tanto, menos posibilidades para reengancharse al empleo en el último tramo de su vida laboral.
“Estas personas han visto cómo, en los años donde se presupone su mayor crecimiento profesional, las han atropellado la crisis financiera, primero, y la del covid, después. Y, entre una y otra, cómo han cambiado a un ritmo vertiginoso las aptitudes necesarias para acceder a un gran número de puestos de trabajo”, analiza Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Por ello, Pérez pide “medidas para la recualificación de estos parados, con itinerarios individualizados. No pueden ser un simple número en el SEPE o ir a firmar cada mes. El SEPE no puede ser un banco de datos, sino tener capacidad actora y proactiva en la reinserción de estas personas. Ya es hora de que el Servicio Público de Empleo, junto con su red autonómica, cobre el protagonismo de la reinserción, diseñando y gestionando políticas activas de empleo y reinserción con medios públicos”.
El secretario general de USO recalca que “en el caso de los mayores de 55 años, hablamos de personas abocadas a una pensión de miseria. Si no son contratados con 55, menos oportunidades tendrán con 59 o 62. Sus últimas cotizaciones serán de prestaciones, tirando a la basura los mejores años de su vida laboral”.
1 de cada 5 contratos dura una semana
Además de los datos sobre la edad de los parados, el informe de USO sobre contratación de septiembre de 2023 también arroja datos preocupantes sobre la estabilidad en el empleo.
Si bien es cierto que el porcentaje de contratos indefinidos sobre el total ha crecido en los últimos dos años, son las jornadas a tiempo parcial las que predominan. Bien en forma de indefinido a tiempo parcial o los fijos discontinuos.
Así, la antigua contratación por obra y servicio, el contrato temporal más utilizado, ha sido prácticamente sustituido por el de fijo discontinuo. Se consigue un porcentaje mayor de contratos considerados indefinidos, pero la realidad es que no son indefinidos estables: el 19,2 % del total de los contratos ha durado menos de una semana en septiembre. Esto es, 1 de cada 5 contratos de los casi 1,4 millones que se firmaron ese mes.
Pero, además, la duración media de cada contrato que se firma sigue cayendo. En 2021 fue de 61 días, dos meses. En 2023, en el mismo mes, septiembre, ha sido de 48 días, un mes y medio.
“Las altas y bajas constantes en el sistema, unidas a las jornadas por horas, que golpean sobre todo a las mujeres, no son lo que USO llama una mejora de la calidad del empleo. Exigimos que, se forme gobierno ahora o no, la prioridad del próximo Ejecutivo sea el empleo. En todos estos meses tras las elecciones, no hemos observado preocupación alguna por las políticas de empleo. Para la población es una prioridad: el empleo y el salario que le permita afrontar la vivienda y la inflación. Y, para USO, es la política nuclear del resto”, puntualiza Joaquín Pérez.
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