- Urge la aplicación de políticas laborales de largo plazo, como el cambio de modelo productivo
- Tiene que abordarse una reforma fiscal justa que garantice la estabilidad presupuestaria
- Debe garantizarse el estado social y blindar las pensiones en la Constitución
El secretario general de USO, Joaquín Pérez, vaticina una legislatura complicada a la hora de sacar adelante iniciativas y nuevas leyes, por lo que “tras las últimas repeticiones electorales y estos últimos meses especialmente convulsos, e independiente de cómo se conforme el Gobierno, pedimos altura política y responsabilidad por parte de todos los grupos, que en ha estado brillando por su ausencia. En un contexto de desaceleración económica e incertidumbre, con el doble de paro que la Unión Europea y una precariedad generalizada, no estamos para sacar las principales leyes de este país por uno o dos votos”.
Pérez reclama “grandes acuerdos. Sin ellos, se agrandarán los daños de la ralentización económica. Urge aplicar políticas laborales con visión más allá incluso de esta legislatura, como abordar el cambio de modelo productivo, con una apuesta por la industria y por el I+D+i; elaborar planes de empleo juvenil reales; encarar la transición energética y la sostenibilidad; así como emprender una gran reforma fiscal justa y muy necesaria para garantizar la estabilidad presupuestaria”.
Esta legislatura, recalca el secretario general de USO, “deben garantizarse el estado social y el actual sistema de prestaciones por desempleo, además de blindar las pensiones en la Constitución y reavivar el Pacto de Toledo para buscar sus mecanismos de sostenibilidad a largo plazo. No es solo un problema de empleo, sino también de reto demográfico, y las medidas no pueden ser cortoplacistas”.
Además, Joaquín Pérez recuerda que es necesario “volver a prestigiar muchas instituciones que están denostadas. Por ello, desde USO pediremos, tanto al Gobierno como a los diferentes grupos, una nueva redacción de la Ley Orgánica de Libertad Sindical, vigente desde hace casi cuarenta años y que perpetúa los privilegios de los que disfruta el bisindicalismo, menoscabando una auténtica democracia sindical. La falta de pluralismo en el Diálogo Social impide que la sociedad en su conjunto se sienta realmente representada y crea en el movimiento sindical”.
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