Desde USO reafirmamos nuestro compromiso con los derechos humanos y llamamos la atención sobre la situación en que se encuentran actualmente
Cada 10 de diciembre se celebra mundialmente el Día de los Derechos Humanos, conmemorando así la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948.
La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento histórico que proclama los derechos inalienables de todas las personas, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, etc. Desde USO reafirmamos nuestro compromiso con los derechos humanos y llamamos la atención sobre la situación en que se encuentran éstos en el momento actual.
Recuperación, defendiendo los derechos humanos
La pandemia ha dejado aún más en evidencia las fragilidades del sistema en términos de protección a los derechos humanos. Este año, la celebración de este día se debe vincular con la necesidad de reconstruir para mejorar, asegurándose que los derechos humanos estén en la base de los esfuerzos para la recuperación.
Para reconstruir un mundo más justo, resiliente y sostenible, es necesario abordar la erradicación de cualquier tipo de discriminación. La crisis del covid-19 se ha visto alimentada por la discriminación estructural y el racismo. El pasado mes de septiembre fuimos testigos del incendio del campamento de refugiados en Moria, donde cerca de 13.000 personas malvivían hacinadas y en condiciones infrahumanas en un campo de refugiados construido para acoger temporalmente a 2.500 personas. Actualmente estamos presenciando el aumento de los discursos de odio hacia las personas migrantes que están llegando a Canarias; además de -como denuncia CEAR- la clara indefensión jurídica en que se encuentran estas personas, vulnerando su derecho a la asistencia jurídica y el de información para posibles solicitantes de asilo.
Derechos económicos y sociales
Los derechos económicos y sociales también están siendo gravemente vulnerados. A la emergencia sanitaria se le une la pandemia de la desigualdad, acrecentada con las políticas neoliberales de la última década.
Actualmente, el 1% de la población posee más del doble de la riqueza mundial y la redistribución económica no sucede: los súper ricos eluden hasta el 30% de sus obligaciones fiscales. En un contexto como el actual, 100 millones de personas se ven arrastradas a la pobreza extrema por los gastos médicos que deben afrontar. A esto hay que añadirle, la dificultad que afrontan los países más pobres para acceder a la vacuna del covid-19; algo que ha sido duramente criticado por el Secretario General de la OMS, quien ha advertido de lo inaceptable que supone acaparar la vacuna por parte de los países ricos.
Derechos sindicales
En este contexto, los derechos de sindicalistas y personas defensoras de los derechos humanos siguen siendo atacados en todo el mundo. El 2020 ha sido el peor año para los derechos laborales y la libertad sindical en siete años, según el Índice Global de Derechos de la Confederación Sindical Internacional -de la que USO es parte-. En este año, el derecho de huelga ha sido vulnerado en el 85% de los países, en el 72% de los países los trabajadores no tienen acceso a la justicia, la libertad de expresión se ha denegado o reprimido en 56 países y en 51 de ellos los trabajadores se vieron expuestos a actos de violencia. Como señala la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, estas violaciones a los derechos ha dejado expuestos a los trabajadores a la enfermedad y a la muerte; en un contexto en el que la defensa de los derechos se hace imprescindible.
Desde USO creemos que la única manera de salir de esta crisis es protegiendo los derechos humanos, mejorando su situación a través de la materialización de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sólo de esta forma se conseguirá una recuperación real de los pueblos.
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