El pasado viernes, 31 de marzo, CCOO y UGT firmaron un preacuerdo de Convenio de Contact Center, tras más de dos años de negociación y jornadas de huelga, que viene a dar continuidad a la precariedad en el sector.
Entre los aspectos fundamentales del preacuerdo, a la espera de conocer el redactado final, se encuentra la congelación salarial para 2015 y 2016 (recordemos que el IPC cerró 2016 en el 1,6% por lo que el encarecimiento del precio de la vida lo asumen los trabajadores) y una subida salarial del 1,6% para 2017 (con cláusula de revisión salarial en caso de que el IPC cierre más alto -en febrero fue del 2,3%-); para 2018 y 2019, se contempla una subida del IPC del año anterior con un mínimo de un 0,6 más un incremento del 0,5. A ésta hay que sumarle el 5% de pérdida de poder adquisitivo que los trabajadores de contact center llevan arrastrando desde el anterior convenio.
El preacuerdo no contempla ningún cambio en el artículo 17, de extinciones por disminución del volumen de llamadas, por lo que no se igualan a los despidos colectivos del Estatuto de los Trabajadores, con lo que a las empresas les seguirá resultando muy barato despedir. Igualmente mantienen el artículo 18, referido al cambio de empresas en la prestación de servicio, renunciando a regular una auténtica subrogación e incluyendo una simple bolsa de empleo.
Se amplía tímidamente la antelación de conocer los horarios, pasando de 7 a 14 días, pero manteniendo que a un 20% de la plantilla se le puede seguir cambiando turnos con 7 días de antelación, imposibilitando así la conciliación de la vida familiar y personal, con lo que la empresa sigue contando con herramientas de máxima flexibilidad.
Se establecen unos nuevos turnos, de 09:00 a 18:00 y de 12:00 a 21:00 horas, a jornada completa, en un principio voluntarios. Se condiciona el establecimiento de las jornadas completas a unos turnos que maximizan y optimizan la flexibilidad horaria que buscaba la patronal desde hacia tiempo.
Quizás la medida más beneficiosa para el sector es la que se incluye en el preacuerdo y por la cual se convertirá en indefinidos a toda la plantilla con contratos de obra anteriores al 18 de junio de 2010, al establecer que al finalizar la vigencia del Convenio las empresas deberán contar con un 50% de plantilla indefinida. Sin embargo, se trata de una medida que prácticamente era automática, bien porque la mayoría de esos contratos eran en fraude de ley o lo iban a ser, o porque casi todas las empresas ya disponían de un porcentaje superior al 50% de indefinidos en sus plantillas.
David Sánchez, responsable del sector en nuestro sindicato, destaca que el convenio no cumple los mínimos que todos los trabajadores han demandado después de más de dos años de negociación y de movilizaciones conjuntas y respaldadas mayoritariamente por los trabajadores. Este convenio sigue dando continuidad a la precariedad en el sector y no da solución real a ninguno de los grandes problemas del sector como los sueldos míseros, la profesionalización del mismo, el aumento de las jornadas completas o la garantía en el empleo en el caso de la mal llamada “subrogación”.
“CCOO y UGT quieren amparar con su firma el mantenimiento de unas condiciones y derechos que ya eran nuestros, y más cuando el precio que hay que pagar pasa entre otras medidas por perder poder adquisitivo y seguir manteniendo la precariedad como la característica predominante en el sector”, añade Sánchez.
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