En el Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad, USO reivindica la corresponsabilidad social como principal mecanismo para conseguir la igualdad en el reparto y uso del tiempo de hombres y mujeres
Hace apenas dos semanas que desde USO celebramos el Día Internacional de la Mujer al grito de “El día es mío, la lucha es nuestra”, cuyo tema principal, como no podía ser de otra manera, fue el de la corresponsabilidad. Sin esta es imposible que exista una conciliación justa entre los ámbitos laboral y personal. Y lo hicimos porque en el contexto marcado por la pandemia, la ausencia de corresponsabilidad y el desigual reparto del tiempo de trabajo y de las tareas de cuidados entre hombres y mujeres, se hizo más patente que nunca.
Hoy, 23 de marzo, Día Nacional de la Conciliación y Corresponsabilidad, y el resto del año, reivindicamos el fomento de la corresponsabilidad, cuyos beneficios son muchos a nivel social: la consecución del objetivo de la igualdad, un valor social fundamental; una mejor salud física y mental de todas las personas; la dinamización de la economía familiar y de ocio; el impulso de liderazgos femeninos; una perspectiva más amplia al incluir la visión de las mujeres en la toma de decisiones, etc.
Un problema estructural agravado por la pandemia
Las dificultades para conciliar son una realidad en muchas familias, pero son las mujeres las que se ven mayormente afectadas por esta problemática. La vigencia de los roles de género tradicionales en nuestra sociedad, que llevan a una desigualdad laboral y salarial importante entre hombres y mujeres, provocan que las responsabilidades familiares recaigan sobre todo en las mujeres. Las mujeres ganan menos y prescindir de sus salarios supone un impacto económico menor en el hogar. Por eso, son ellas las suelen renunciar para cuidar de los demás si existe la necesidad. Pero, por otro lado, cuando renuncian, pierden poder adquisitivo y se paralizan sus carreras profesionales.
Nuestra mentalidad acerca del trabajo y de los roles de género, que no ha cambiado mucho en su esencia, ha provocado una desigual distribución de hombres y mujeres en los sectores productivos. Y también un desigual reparto del tiempo de trabajo y en el hogar. Por un lado, la mayoría de las mujeres trabajan en sectores más precarios, peor remunerados y menos valorados socialmente y se encuentran infrarrepresentadas en campos donde el empleo está creciendo, como la ingeniería y la tecnología de la información y las comunicaciones. Por otro lado, del total de personas que trabajan a tiempo parcial, un 75% son mujeres, una cantidad absolutamente desproporcionada. Gran parte de este trabajo parcial se debe al cuidado, que se expresa en el uso de los mecanismos de conciliación más habituales: las reducciones de jornada, adaptaciones y excedencias.
Aunque es una cuestión estructural, los efectos de la pandemia han acentuado notablemente las desigualdades socioeconómicas. No sólo la recuperación del empleo ha dejado atrás a muchas mujeres sino que, además, ellas han jugado un papel esencial en el sostenimiento del sistema de cuidados, en unas condiciones totalmente adversas.
El teletrabajo no asegura la conciliación
La pandemia ha provocado un aumento del teletrabajo, así como del uso de nuevas tecnologías, lo que ha permitido acelerar la transformación digital que ya se estaba produciendo previamente. A los retos que ha traído esta nueva forma de organización del trabajo (jornada interminable, derecho a la desconexión digital,
riesgos psicosociales y salud laboral, falta de medios, apertura del espacio personal, etc.) hay que añadirle el reto extra que poseen muchas mujeres que asumen
cargas familiares casi en exclusiva. Aunque es verdad que el teletrabajo ha permitido a muchas mujeres poder trabajar, su sobrecarga, en muchos casos, se ha
duplicado.
El nuevo modelo flexible que se está implantando en las empresas está propiciando que se rebajen a la mitad los contratos a tiempo parcial y las reducciones de jornada, un tipo de contratos indeseados que se encuentran en decadencia. Por ejemplo, en ING, donde se implementado un modelo laboral 100 % flexible, han bajado a la mitad las reducciones entre 2019 y 2021 y se han solicitado un 57 % menos que antes de la pandemia. En Liberty Seguros, las reducciones de jornada han pasado del 14 % al 8 % del total en una plantilla de casi 1.000 personas -60 % mujeres-, desde que se implementó el trabajo a la carta.
Por otro lado, los resultados del informe de la consultora Grant Thornton España “Women in business 2021, una ventana de oportunidades”, sugieren que la implantación del teletrabajo puede ser una de las causas por las que se ha producido un impulso del liderazgo femenino en las empresas a nivel mundial. Según este informe, un 31 % de las empresas están implantando el trabajo flexible como medida para fomentar el acceso de las mujeres a la alta dirección.
También en USO, desde que la mayoría de las reuniones y formaciones se hacen online, las mujeres han incrementado su presencia en ellas. Pero la creencia de que el teletrabajo favorece más a las mujeres porque gracias a este pueden conciliar mejor, es contradictoria. Esto supone afirmar que la conciliación es un problema que solo tienen las mujeres, que estas son las que tienen la responsabilidad última del cuidado de la casa.
Además, aunque se tenga la oportunidad de trabajar de manera remota, se pierden oportunidades al no acudir presencialmente a la oficina. Especialmente en empresas en las que las actividades importantes se habían producido siempre de forma presencial, existe un mayor riesgo de desconexión. Y si hay personas que van presencialmente a las reuniones y las mujeres participan en línea, es probable que ellas se pierdan las conversaciones extra, las que aumentan el trato interpersonal entre compañeros.
En este caso, en USO creemos que la solución pasa por un cambio cultural, que se fomente no solo desde las instituciones – que deben implementar políticas públicas distintas a las tomadas hasta ahora- sino también desde las propias organizaciones sindicales, a través de la negociación colectiva con perspectiva de género y otras herramientas como los planes de igualdad.
Importancia de la negociación colectiva e implicación social en el fomento de la corresponsabilidad
Desde las organizaciones sindicales debemos aprovechar las herramientas que nos proporciona la negociación colectiva para avanzar en este aspecto. No solo pueden conseguirse medidas que fomenten la conciliación en los planes de igualdad (acceso a última noticia de planes), sino también en la negociación de los convenios.
A través de los convenios colectivos podemos implementar horarios razonables y flexibles, o adaptar el empleo a las tareas de cuidados de hijos, familiares y
dependientes a cargo. Esto último puede hacerse, por ejemplo, negociando permisos relacionados con la conciliación, como el de acompañamiento de familiares a visitas médicas o días libres de asuntos propios, especialmente en los convenios de sectores masculinizados, pues muchos carecen de ellos.
Desde USO defendemos no solo el fomento de la corresponsabilidad personal sino también la corresponsabilidad social. Esto incluye la profesionalización del sistema de cuidados. A pesar de las numerosas normativas aprobadas hasta ahora en nuestro país, los datos muestran que todavía queda mucho camino por recorrer para conseguir una plena corresponsabilidad y, por tanto, una buena conciliación.
Algunas medidas gubernamentales ya van en esta dirección, como el Plan Corresponsables o la Ley de Familias. No obstante, sin una implicación global, que apueste por la sensibilización, corremos el riesgo de que en pleno s.XXI se dé todo por conseguido y se empañen nuestras reivindicaciones.
USO participa en en encuentro “Testimonios por la Conciliación y la Corresponsabilidad”
USO ha participado en el encuentro “Testimonios por la Conciliación y la Corresponsabilidad desde diferentes perspectivas”, organizado por ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España, del que nuestro sindicato forma parte.
El director del Gabinete de Estudios de USO, José Luis Fernández, ha sido el encargado de recordar el objetivo de la Comisión de Educación de ARHOE: concienciar a las empresas, familias y sociedad sobre la importancia de la conciliación de la vida personal y profesional y del valor del tiempo como indicador de calidad de vida.
En este sentido, desde ARHOE se está impulsando un estudio para dar a conocer un fenómeno en auge, de enorme incidencia sobre el fracaso escolar y la salud mental de los menores –especialmente en adolescentes-, y del cual no hay estudios en España: el extremo consumo nocturno de internet, conocido como vamping. Con este término se hace referencia a la práctica, llevada a cabo en su mayoría por adolescentes, que consiste en hacer un uso excesivo de los aparatos electrónicos como el móvil, el portátil, la ‘tablet’, la consola, etc., justo antes de dormir. Sus secuelas van desde el daño psicológico, el acceso a actividades de riesgo a enfermedades que se derivan de la falta de sueño.
No existe en España una investigación sobre este fenómeno que pueda dar lugar a campañas de concienciación y prevención. Ese es el motivo por el cual ARHOE quiere impulsar este estudio pionero para:
- conocer la incidencia real del vamping sobre los menores españoles;
- establecer indicadores que permitan conocer los motivos de este fenómeno, sus implicaciones en la vida de los menores, y la consciencia sobre el mismo que tienen las familias, así como su actuación.
- establecer de forma objetiva la relación entre el vamping y la falta de sueño que afecta al rendimiento escolar y al estado de ánimo de los menores.
- desarrollar estrategias que permitan a las familias y a los propios menores controlar este fenómeno.
- posibilitar una campaña estatal a favor del empleo adecuado del tiempo de ocio y descanso, y de la actitud que empieza a denominarse “dieta digital”.
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