Desde USO, venimos advirtiendo hace años, y con especial énfasis en nuestras últimas campañas realizadas con ocasión del 28 de abril, Día mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que el aumento del trabajo precario, de mala calidad y, especialmente, el auge del empleo temporal, puede tener importantes repercusiones negativas en la salud. Creemos que el abuso de figuras como la subcontratación y la temporalidad acaba repercutiendo en la salud, por varios motivos.
Muchas empresas solo ven la prevención como un gasto, con lo que aún a día de hoy existen empresas que no cumplen las obligaciones preventivas más básicas como con organizar la prevención (estableciendo la modalidad preventiva pertinente y dotándola de los medios necesarios) y gestionar la prevención a través de la evaluación de riesgos y el establecimiento, a partir de dicha evaluación, de las medidas preventivas adecuadas.
Por otro lado, hemos observado cómo en poco tiempo se ha incrementado el número de trabajadores puestos a disposición y, paralelamente, la siniestralidad en dicho colectivo. Es por ello que la protección, seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras de este colectivo es uno de los ejes fundamentales de nuestra campaña para este 28 de abril.
Otro aspecto a destacar es el auge desde hace años de la subcontratación. Este tipo de descentralización productiva trae consigo la existencia de un elevado número de empresas con menos 25 trabajadores. En estas empresas la modalidad preventiva más habitual suele ser el concierto con un servicio de prevención ajeno. Aunque, como ya denunciamos en su momento, la llamada Ley de Emprendedores de 2014, modificó la Ley de prevención de riesgos laborales en este sentido, permitiendo que en empresas de este tamaño también el propio empresario pudiese asumir él mismo la prevención, con las excepciones que recoge la legislación vigente, lo que parecía querer fomentar la asunción de esa modalidad preventiva.
Desde USO, tercer sindicato a nivel estatal, creemos que para hacer frente a los accidentes y enfermedades profesionales, es fundamental la aplicación rigurosa y adaptada a los puestos existentes en la empresa de los instrumentos para la gestión de la prevención, como son la evaluación de riesgos, la planificación preventiva, el contar con una organización preventiva adecuada a los riesgos existentes y, por supuesto, el cumplimiento del derecho de participación de los trabajadores través de sus representantes sindicales.
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