Con ocasión del debate celebrado ayer, día 17 de noviembre, en la sede de las Instituciones Europeas en Madrid, USO ha vuelto a reiterar ante los eurodiputados del PP y del PSOE su oposición a la negociación del tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos (TTIP). El sindicato ha pedido la suspensión de estas negociaciones, así como el rechazo del acuerdo comercial con Canadá (CETA).
El Secretario de Acción Internacional de USO, Javier de Vicente, ha denunciado ante los representantes de la Comisión Europea, de la Secretaría de Estado de Comercio y del Parlamento Europeo la falta de transparencia en la negociación del TTIP, la ausencia de diálogo social con los sindicatos y las perversas consecuencias que tendría el mismo para el interés general. Entre ellas, los riesgos de degradación de condiciones laborales, los peligros de privatización de los servicios públicos, la competencia desleal en políticas fiscales y medioambientales, así como la instauración de un sistema de solución de diferencias inversor-Estado (ISDS) que usurpa las competencias de los Tribunales de Justicia.
Por su parte la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha solicitado una revisión de los acuerdos comerciales europeos con Canadá y Estados Unidos, antes del encuentro de ministros de comercio. El próximo 21 de noviembre, el Consejo Europeo debatirá acerca del acuerdo comercial con Canadá (CETA), cuyas negociaciones han concluido según la Comisión Europea, y sobre las negociaciones en curso con Estados Unidos (TTIP).
La CES ha sido contundente en su rechazo al acuerdo comercial con Canadá (CETA) porque incluye ventajas legales para inversores extranjeros, no excluyen los servicios públicos europeos en áreas que puedan ser liberalizadas y no incluyen procedimientos que garanticen la implantación de la normativa de la Organización Internacional del Trabajo.
Bernardette Ségol, secretaria general de la CES, ha declarado que “los sindicatos de ambos lados del Atlántico están unidos en su deseo de alcanzar acuerdos negociados para el interés público, no para intereses creados, y que no se privaticen las ganancias del comercio, mientras se socializan las pérdidas. Nuestras pruebas son claras. CETA no cumple con ello y si el TTIP sigue el mismo curso, se producirá un error. Doy la bienvenida a la intención de Cecilia Malmström, nueva Comisaria para el comercio, de iniciar un ‘nuevo comienzo’ en los enfoques de la Comisión. Ella ahora debería poner en suspenso las ofertas y revisar si realmente respetan la democracia, generaran puestos de trabajo decentes y mejorán los derechos de los trabajadores”.
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